Crónicas escolares (2)

Algunas veces es mejor no levantarse. No lo digo por mí, pues por lo general suelo comenzar el día con buen humor, hago lo los deberes con cafe caliente (con un poco de suerte mínimo un relleno gratis,xD) y donut, acto sagrado por las mañanas por cierto, y me dirijo con las mejores intenciones al instituto. El problema no es tampoco con los japoneses. Normalmente te ayudan, son amables y tienen esa mirada que habla por si sola y te dice claramente que están demasiado ocupados en sus obligaciones como para preocuparse de tu estado anímico, lo cual se agradece la gran mayoría de ocasiones.

Es entonces cuando llego a clase, y la gran algarabía de chinos produce inconscientemente un mínimo escozor en la cabeza nada más entrar. Además, si añadimos que frente a mí tengo a las tres cotorras reales de todo el recinto escolar se vuelve un poco complicado impedir que el próximo paso que des no sea para coger un libro de la cartera o el diccionario, sino algún objeto más contundente como una raqueta con pinchos plegable (muchos de los que leen este blog saben que, excepto por lo de plegable, lo de las raquetas con pinchos es una gran leyenda urbana,xD).

Los chinos son muy envidiosos, algunos más que otros. Imagináos al típico compañero de clase que todos hemos tenido. Ese que nada más recibir el examen corregido por la profesora compara el resultado con el tuyo, y en caso de ser ligeramente superior o al comprobar que has suspendido y él (o ella) no, esboza una sonrisa y dice (no tienen otra frase): "¿Qué has sacado?" (A pesar de que evidentemente lo han comprobado con anterioridad).

"Time Saving Truth from Falsehood and Envy",
de François Le Moyne
...o LeMoyne, nunca sé cual es la forma correcta,xD

Pues imagináos a muchos de esos compañeros (muchos, muchos, aunque también hay de los que te felicitan) rabiando porque les has "derrotado" en lo único que saben hacer bien, y todos sabemos que los kanji los aprenden sí o sí desde bien pequeñitos. Por eso suelo tapar mi resultado, sea bueno o no, para comprobar como los que están cerca de tí miran constantemente de reojo, o son tan descarados que simplemente se giran y cuando no aguantan más te preguntan la nota.

Lo peor llega cuando intentan "vengarse". Hoy por ejemplo hemos estado estudiando la forma "~te arimasu" que me resultaba un poco complicada de entender porque era muy similar a otras estructuras que se usan para decir lo mismo. Entonces es cuando corrigiendo unos ejercicios me equivoco, y Takigawa-sensei dedicó unos minutos a explicarlo en general, porque parecía que aún no estaba del todo claro.
El puntazo fue cuando la china gorda envidiosa de enfrente se giró y me dijo: "¿Lo entiendes ahora?" El tono no fue un "Si necesitas ayuda, pregúntame", sino más bien un "¿Eres un poco cortito, no?". Entonces no sé como, la tensión que había estado acumulando a lo largo de las horas, estalló en mil pedazos y sin pensar le contesté: "Por supuesto, Betty Bop, ¿Y tú sabes donde está Bangladesh? ¿O Chile? ¿Verdad que no? Cuando lo sepas me cuestionas, maja".

Al compañero de al lado no le hizo ningún mal oír esas palabras, porque al parecer estaba deseando que algo así pasara a juzgar por las risas, pero sus compañeras en el aquelarre farfullaban entre sí (en chino, por supuesto). La profesora se quedó alucinando, pero tampoco hizo nada del otro mundo. Siguió con la clase rezando para que terminara el alboroto.

Tres hipócritas menos dentro de mi círculo de compañeros y una merecida fama de demonio europeo. ¿Qué más le podía pedir al día? Luego lo comentaba en el café con Beni y Fabri, y se partían de la risa porque también les pasó lo mismo (sólo que Beni es más expresivo y el se limitó a golpear la mesa con los libros hasta tal punto que la profesora le saltaba en la corrección de ejercicios aquel día,xDDD).

Es difícil meterse en la mente de un chino. Por suerte en mi clase hay gente normal (en apariencia) y no debo nunca generalizar, pero dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio y con los chinos es realmente fácil hacer una barrida de personajes "non gratos".


¡Un saludo!
Raúl