Kama-Hama

Ayer consumí mi último viaje del "Seishun 18 Kippu" yendo a Kamakura y a Yokohama (de ahí el título; como los japoneses lo acortan todo...xD) dos de los lugares pendientes hace dos años. Si me hubiera salido bien la jugada cuando regresé del Fujisan podría aún tener otra casilla para sellar, pero el "Tanaka-san" de la salida de la línea JR de Ueno se dio cuenta que el día no correspondía al actual, sacó su sello y lo estampó en mi billete. Ahora ya los viajes que hubiera podido hacer igualmente no saldrían tan caros como para sentir que ha valido la pena el despiste de los japoneses, pero, ¿cuando rechazamos la oportunidad de coger algo gratis aunque no vayamos a usarlo?

Kamakura está a una hora de Ueno-eki, así que tampoco me levanté excesivamente temprano. Cogí la Yamanote, luego la Tokaido y en menos de 55 minutos llegué a la estación de Kamakura. Existe la opción de hacer una ruta desde Kita-Kamakura para visitar cuatro templos en el camino, pero como quería ir también a Yokohama (y como iba en chanclas :P) pensé que no sería una buena opción.

Y es que lo peor de visitar templos no es recorrer grandes distancias, sino que para entrar a ver la mayoría tienes que pagar mínimo 300 yenes. Me acuerdo aún del viaje a Kyoto...creo que en un día gastamos más dinero en visitar templos que en el invertido en comilonas el resto del viaje. Con lo cual ya estuvo bien, primero visitar el Hase-dera, un complejo templístico rodeado de jardines y que incluso tenía una cueva (a la que no entraría de noche) a la que podías acceder (¡y sin pagar!).

Digo "sin pagar" con tanta alegría porque aunque la entrada a los templos sea del importe mínimo que os he comentado, luego en el interior casi siempre hay que gastar yenes simbólicos para ver algo. No me refiero a los "Omikuji" (esos papelitos de la fortuna que se cuelgan enrrollados en filas en un sorporte al lado de los templos), sino por ejemplo los 30 yenes que pagué para entrar a la cabeza del Daibutsu, una estatua de bronce de Buda de casi 14 metros de altura. Es en sí lo único interesante del lugar, porque en sí el complejo no es demasiado grande.


A eso de las 13:00 cogía el tren de vuelta por la Shonan-Shinjuku Sen hasta Yokohama, a 34 minutos de Kamakura. Es una de las ciudades que históricamente más me gustan, porque fue donde los "barcos negros" del comodoro estadounidense Mathew C.Perry obligaron a abrir Japón al mundo en 1853. Pasó de ser un simple puerto pesquero dedicado al comercio de la seda a convertirse en lo que es hoy: un claro ejemplo de ciudad puntera del mundo.

En sí la actual Yokohama no es más que un caótico intento de ciudad perfecta, pero bajo mi punto de vista, es como un un conglomerado de estudios de cine con decorados distintos situados en las diferentes partes de la ciudad. Con lo cual no es posible determinar qué es Yokohama a simple vista, porque si grabaras la "película" sin hacer cortes, los telespectadores no sabrían definir bien bien el tema. Además se sigue construyendo de manera acelerada, lo que hace al caminar por determinadas zonas tengas una sensación agorafóbica tremenda porque ves grandes descampados, muchos "espacios en blanco" y muy poca gente. Este último comentario en lo que corresponde a la zona noroeste del Minato Mirai, que además se complementa con el hecho de que sólo hay un complejo portuario.

Igualmente pasear por la bahía de Yokohama, aunque bien si prefiero Odaiba, fue agradable. La brisa del mar, hordas de gente yendo de un lado a otro, varios parques, el barrio chino,...Lo que más me chocó fue que no hubiera restaurantes de comida rápida o de estos tipo Saizeriya o Jonathan's. Encontré uno mientras callejeaba alejándome del puerto en dirección al barrio chino, pero supongo que la finalidad de Yokohama es convertirte no sólo en una ciudad puntera, sino en una lujosa ciudad puntera. Hasta que no llegué cerca del museo de seda, por ejemplo, no pude ver más de dos restaurantes seguidos. El resto de tiendas eran de ropa, sobretodo bastantes de vestidos de novia, centros comerciales, joyerías, locales de complementos como bolsos y cosas así,....

Si viajáis alguna vez a Japón y tenéis la oportunidad de visitar tanto Yokohama como Kamakura, creo que unir estos dos destinos en un sólo día es la opción correcta para tener más tiempo para invertir en otros puntos turísticos más atractivos. Me dio tiempo incluso de volver a Shinjuku y comprarme un libro en Kinokuniya antes de volver a la maravillosa Taito para cenar...

¡Un abrazo!
Raúl