¡Ahí va, Odaiba!

Como supongo todos sabréis, el sábado 11 fue la fecha elegida para la salida al mercado de Dragon Quest IX. Como dijo Alberto-sama, es de esos juegos que se empiezan a vender el fin de semana para evitar que la gente "se ponga enferma" y no vaya al trabajo o al colegio. La cobertura de mi reportaje no es del todo adecuada, porque me esperaban otras cosas por ver, y además para presenciar la auténtica avalancha de gente esperando para comprar el juego, tienes que estar en Akibahara a las 5 de la mañana o a las 6 de la tarde.

Para que os hagáis una idea, a parte de todo el tinglado publicitario que inundaba las calles hacía ya semanas (e incluso en el metro), se habían instalado pequeños stands con cajas registradoras para dedicarse únicamente a vender ejemplares de Dragon Quest IX. Todo tipo de merchandising se ofrecía como costoso complemento en todas las tiendas también. Por mi parte calló únicamente un protector para la DS que podéis ver aquí,xD.


Tal y como os contaba, coincidiendo con la visita a un amigo a Odaiba, era inaludible la cita con el Gundam RX78 de 18 metros que se inauguraba ese mismo día, y que permanecerá hasta el 31 de Agosto. Como os lo diría...im-presionante,xDD. Es una réplica a tamaño real de como se supone que debería ser el auténtico de la serie, y he alucinado cuando lo he visto. Si uno se fija bien, desde el Rainbow Bridge en la Yurikamome Line se puede ver entre los árboles. Por supuesto, todo este evento gratuito está acompañado en los alrededores por cantidades ingentes de merchandising, los típicos puestos de comida, un pequeño "museo Gundam" e incluso lugares especialmente colocados para hacerte una foto de recuerdo desde una posición diferente al resto de plebeyos (pagando, claro está, una suma importante). Por cierto, para ver todas las fotos están colgadas en el Facebook.

Hasta las 19:00 no había quedado, así que aproveché para ver Odaiba, isla artificial y antiguo foco de fortalezas en la antigüedad. La primera vez que estuve por aquí fue con Julio y Sara en el maravilloso Oedo Onsen Monogatari, pero esta vez tocaba ruta urbana sin baños termales ni japoneses con la piel caída.
Si queréis ver el Gundam y ya está, lo mejor es bajarse en la estación Daiba del monorraíl (Yurikamome, vía Shimbashi). Pero bajando en la estación anterior, Daiba-kaihinkouen, podéis ir paseando por lo más parecido a un paseo marítimo que he encontrado por aquí cerca (que no tiene nada que ver con Yokohama, claro está).
Me quité el calzado y caminé por la playa, viendo como los japoneses parecían divertirse con la arena, jugando a volleibol; los niños recogían conchas entre las piedras y hacían castillos de arena, todo eso con la bahía como escenario y el Rainbow Bridge como nexo entre tierra firme e isla. También las personas mayores aprovechaban para pescar o dar un paseo, disfrutando de bebidas refrescantes para tan asfixiante día de Julio (a pesar de que como podréis comprobar, las nubes impiden que la ciudad en sí no se vea metalizada y gris, ni siquiera en la "playa").

Caminando un poco más encontraréis una de las réplicas de la "Estatua de la Libertad" esparcidas por varios puntos del planeta. Con el Rainbow Bridge de fondo resulta espectacular.

Las vistas resultan más interesante desde el edificio de la Fuji TV, con un diseño al menos original y propio, sin copiar a nadie. También hay varios centros comerciales, como el "Aquópolis", realmente grande y con gran variedad de restaurantes. Otro también para perderse por horas, es el "Decks Tokyo Beach", en cuyo interior se encuentra "Joypolis", una especie de sala recreativa brutal con lo último en videojuegos y experiencias virtuales. Lo malo de esto es que para entrar, aunque sea sólo para mirar, hay que pagar 500 yenes. Luego cada máquina o proyección cuesta X cantidad de dinero. También hay un pase que cuesta 3500 yenes y te permite "barra libre" de vicio. Se puede acceder más tarde, reduciéndose el precio de la entrada, así que lo mejor para no gastar ese dineral y vivir la experiencia, es entrar a partir de las 20:00 que la entrada cuesta 1900 yenes. Con que subas o juegues a un par de cacharros, has amortizado el precio y además has visto el interior que dicen que impresiona. Quizá en otra ocasión...:P

Ahora, lo que más me ha impresionado de Odaiba ha sido "Palette Town", que alberga una de las norias más grandes del mundo, en una zona de recreo y ocio bastante original. Por ejemplo, está la exhibición "Toyota City Showcase", donde puedes disfrutar de la exposición de novedades en automobilismo en general y de algunas actividades interactivas (y gratuitas,xD) como un simulador de conducción o prueba de reflejos. En el simulador la gente que estaba esperando me decía todo el rato: "¡A la izquierda, a la izquierda!". Es la costumbre, leches,xD.

Pero lo más impactante de "Palette Town" ha sido sin duda el casual descubrimiento de Venus Fort. En ese momento estaba en la segunda planta y pasé al lado de lo que parecía la recepción de un hotel. Me da por entrar al interior, y los ojos tardaron en acostumbrarse ante lo que veía, como si después de estar expuesto a la luz durante mucho tiempo te retiras a la oscuridad. ¡Era un impresionante y enorme centro comercial cuyo interior recreaba un pueblo del sur de europa del siglo XVIII! Estaba curradísimo, los detalles en cada puesto, en cada tienda, la decoración de los balcones...increíble. Eso si, no esperéis encontrar más que material para mujeres, excepto alguna tienda perdida por la segunda planta. Y en esta segunda planta, esperad porque encontraréis más sorpresas, como una exposición de coches antiguos: Chevrolet, Ford, Citröen...todos ellos en un magnífico entorno. Desde luego al lugar lo único que le falta es un río artificial para poder pasear en góndola.

Luego al final el tiempo se me vino encima y llegué tarde para quedar con Jordi, un colega de la EOI con el "estudiaba" japonés en tercer curso, una amiga japonesa y los "anti-chinos" por excelencia de todo Tokyo: Fabrizio y Beni. Fuimos a un Izakaya genial cerca de Ueno y luego fiesta por Shibuya y sesión de karaoke hasta las 6 de la mañana. Así los fines de semana da gusto verlos pasar.