lunes, 24 de agosto de 2009

Segundo "Round"

Las vacaciones de verano han terminado, y con ellas, parece que el mal tiempo se anuncia a medida que pasan las horas. Pero es esa lluvia de verano, que viene y va, sólo para remover un poco la suciedad en el suelo, y estornude por ello cinco o seis veces seguidas hasta que la nariz se convierta en un centro oficial de picores que seguirá provocándome estornudos durante el resto del día.

Pero quien dice día dice noche, y viceversa. Lo digo porque debido a mis vaivenes por Japón ahora sufro una especie de jetlag no inducido por la diferencia de horario entre países, sino por el cambio de rutina durante el verano. Ayer sin ir más lejos sufrí lo que llamo el síndrome de "Sólo una hora", que consiste en hacer creer a una parte de tí que si te echas un rato podrás levantarte a la hora planeada. Por supuesto siempre que sufro ese síndrome temporal, nunca me acuerdo que esa parte de mí se duerme también conmigo...me desperté a las 23:00. Dormí como unas siete horas, pero es que además no sé lo que hice con los dos despertadores que puse, estaba tan agotado que no recuerdo haberlos detenido.

Así que de nuevo vuelvo a estar oficialmente activo. Los días que no he estado dando vueltas por ahí los he dedicado a más cosas productivas de las que pensaba hacer, pero oficialmente hoy ha sido el principio. Los chinos seguían como siempre, con su particular simpatía, y en cierta manera sorprendidos de mis experiencias en verano. Es normal, ellos dedican 24 horas al día para trabajar, los pobres. Y los que tienen horarios más holgados, se pasan las horas enganchados o bien a juegos online o a ese "messenger chino" cuyo nombre no me sale ahora. Uno de ellos me contaba que durante estas fechas había arreglado todo con su novia que vivía en China para que se viniera a Japón y así poder casarse. Casarse o morir, llamaría al pensamiento chino. Es algo curioso, algún día hablaré de ello.

Como digo, es el principio del fin. Como muchos sabéis quedan cuatro meses y medio para que regrese a Barcelona. Tampoco tengo una fecha en concreto, pero a los que me habéis escrito por privado os he podido contar mis motivos. Normalmente no escribiría de algo así en el blog, quizá demasiado personal para lo que suelo escribir, pero creo necesario hacerlo general porque están ocurriendo cosas que escapan a mi razonamiento. Razonar de como personas que se suponen son mis amigos, tergiversan mis mensajes privados para algún oscuro motivo.
El hecho de que escriba a algunos, sincerándome a mi estilo de parrafadas bíblicas, significa que espero que se interprete justo en el sentido que tiene, es decir, de amigo a amigo, como una confesión más allá de una simple redacción inerte o una opinión objetiva que pueda escribir en el blog.
Es triste que algunos usen mis sinceras palabras para sentirse mejores que yo o para justificar sus hastiadas y soporíferamente perfectas vidas con los "fracasos" que se supone que tomo. Es cierto que no soy un tío perfecto, y que cuando el que repartió la inteligencia en este enorme trozo de pizza se olvidó en mí esa parte de la mozzarella y el tomate, pero si algo sé que soy es alguien que lucha por sus sueños. Espero que los que me critican sepan lo que es. Porque muchas veces no es lo que van escribiendo, sino lo que van diciendo (que 10.000 km no son suficientes para cortar la comunicación con Radio-Patio).

Si digo que vuelvo en pocos meses, no es mansedumbre o resignación, es saber donde están tus prioridades y el dinero que te queda; si comento desde la intimidad o desde el blog mis impresiones negativas sobre Japón, no es para decir que tengo una pistola en la sién, sino para mostraros la realidad tal y como es, o al menos como la veo; y si contacto con vosotros para explicaros mis vivencias de un modo más personal, no es porque no pueda soportar la soledad, es porque valoro la amistad.

Para los que interpretáis correctamente mis cartas y me dáis ánimos en vez de consejos estúpidos basados en el conocimiento popular y no en la propia experiencia, gracias de verdad. Y para los que respondéis las mismas con más de tres líneas también, se agradece bastante no tener la sensación de estar escribiendo monólogos para mí mismo.

Ya sabéis que estoy en Tokyo, pero los que me conocen saben también que el Zen no va conmigo. En cuanto vuelva a sentirme aludido en alguno de vuestros comentarios o insinuaciones en las que crea que estoy tratando con seres superiores o con apuñaladores en vez de con amigos regresaremos todos al periodo Hadéico. Ya sabéis que me encanta que me déis vuestra opinión, por eso os escribo, pero cuando anteponéis vuestro ego al razonamiento os puede la propia naturaleza humana, así que dejemos la falsedad para cuando pueda estar delante vuestra. Esto va para unos pocos, antes de que se extienda a unos muchos.

Dicho esto inauguro mi segunda y última etapa en esta emocionante e increíble aventura, y por lo tanto mi cuenta atrás para seguir adelante con mis proyectos, pero desde Barcelona. Eso sí, cuatro meses y medio de exámenes diarios, desenmascarando a la sociedad nipona rodeado de chinos, japonesas haciendo uves con los dedos en las fotos, karaoke, fiestas eternas en Shibuya, y pizzas de tamaño mini (parece la sinopsis de una novela de Mundodisco,xD).


¡Un abrazo a todos!
Raúl

No hay comentarios: